CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE BARREDA

 

La primera medida que tomó Sr.  Presidente, al ganar las elecciones al Gobierno de Castilla-La Mancha hace tres años, fue la de subirse el sueldo en un 70%, el suyo y el de todos los altos cargos de la Junta,  hasta el nivel de Delegado Provincial. Esto es, sueldos de entorno a los 3000 euros – los más bajos – pasaron a ser de 5100. No está mal ¿verdad? Austeridad ante todo.


Ahora resulta que unos cuantos profesores que se jubilan anticipadamente, que han dedicado toda una vida (yo empecé a los 22 años) a formar a generaciones en conocimientos y en libertad no tienen derecho, al llegar al final de su  vida laboral  a cobrar la gratificación que por ley y justicia les corresponde. Esta gratificación procede de dos partes: una del Ministerio de Educación que se rebaja un 5% y  otra que aportaba la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha, que Usted, Sr.  Presidente, suprime de un plumazo. ¿para qué contribuir a que se vayan con dignidad?

Esto es un incumplimiento más por parte del Gobierno Regional de cuestiones ya pactadas y recogidas en acuerdos suscritos por los sindicatos, que supone unos  15000 € para un maestro hasta unos 24000 para un catedrático.

Usted Sr. Presidente se lo sube a los suyos y a esos pobres infelices se los quita.

¿De verdad no siente remordimientos? ¿Cuánto dinero ha despilfarrado la Consejería de Educación con una evaluación interna con lo fácil  y útil que hubiera sido participar en el informe Pisa, para saber donde estamos realmente? Y la gratuidad de los libros para todos (desde el hijo del más humilde de los trabajadores al hijo del millonario más forrado); ordenadores portátiles para todos (alumnos y profesores),  con mantenimiento incluido.

¿Cuántos papeles nos hacen rellenar que no valen absolutamente para nada? Y mientras tanto, nosotros aguantando. Hemos  pasado en muchos casos de impartir nuestras materias a ser unos guardianes del orden en clase. Y asistimos, sobre todo los más veteranos, a un deterioro imparable de esta educación que usted Sr. Presidente, dice que es su objetivo prioritario.

Ha insistido usted  Sr. Presidente,  muchas veces: ¡No habrá recortes en educación! ¿Qué pasa, que nosotros no contamos?

 

Vamos a hacer un listado del derroche en la Administración Pública:

 

Jardín Botánico, Defensor del pueblo, Aeropuertos de Albacete y sobre todo de Ciudad Real, competencias duplicadas y triplicadas, subvenciones por doquier a asociaciones amigas, muchos asesores y cargos de libre designación, despilfarro y mucha deuda.

Luego llega la hora de cortar. ¿Por dónde empezamos?

 

Por lo más fácil, vamos a recortar el sueldo a los funcionarios, que no se quejan, no cortan carreteras ni organizan caos aéreo. Además, vamos a suprimir la gratificación a los funcionarios que se jubilan, que son pocos y aunque sea el último año nadie se va a enterar. Después yo los reúno en Toledo,  les doy un reloj, les agradezco los servicios prestados y punto final.

¡Que mezquindad querido Presidente!: yo me voy con la conciencia tranquila, sabiendo que yo sí he hecho los deberes y a mí sí me importa la educación,  y sigo y seguiré luchando hasta el final para que mis alumnos aprendan a razonar y sean libres y críticos de verdad.

Y  vosotros, compañeros: ¡Temblad!  Hoy hemos sido nosotros, pero mañana seréis vosotros. Ya no nos queda el espíritu de lucha que antes teníamos, y las centrales sindicales solo defenderán lo que les interese, bueno mejor no nombrarlas.